30.10.11


Cobijada por un invierno prematuro
busco calor en la mirada dormilona del olvido
en medio de una soledad que me ahoga.

Llega entonces una imagen antigua
trayendo entre mil matices de gris
calor a mis dedos.

Eres de nuevo tú,
el hechicero.

Transformando el invierno de mi siniestra en verano.
Incendiando mis apéndices
los de en medio, los del centro.
Dando forma y color a los temblores acumulados.

Y me voy...
entre la oscuridad del cenit
entre la luz del millón de estrellas
entre los colores de mi arcoíris.

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