19.9.11


De nuevo las gotas del pasión que emanaban de tu cuerpo resbalaron por el mío, mientras nuestros suspiros y jadeos acompasados erizaban cada poro de nuestro cuerpo. De nuevo, después de tanto tiempo sin vernos, sin mirarnos, sin apenas rozarnos ni hablarnos, nuestro encuentro se volvió un torbellino de pasión, donde nos desgastamos en murmullos, en miradas sensuales, en movimientos suaves como en un ritual de deseo. Admiro cada parte de tu cuerpo, cada amanecer que despierto con mis dedos enredados en tu pelo. Sueño con una eternidad de besos, de caricias, de susurros expresados en nuestros oidos hasta que los años hagan florecer las arrugas de un tiempo feliz en nuestros cuerpos.

De nuevo me hablan tus ojos, con esa mirada que penetra en mi interior, que hace que lata mi corazón como un caballo salvaje y desvocado que corre libre por la pradera verde, de nuevo son tus caricias las que provocan en mi interior un fuego abrasador y quiero ser consumida entre tus besos, mientras me penetras dejando mil huellas de ese momento dibujadas con un pincel de sensualidad y deseo.
De nuevo quiero vivir ese momento y rememorarlo en el tiempo hasta que vuelvas a ser mío de nuevo.

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